El mercado de créditos tiene un potencial de 1,8 billones de reales
Para Diego Camacho, consejero delegado de WMoney, esta modalidad es una opción de financiación de menor coste, especialmente para las pequeñas y medianas empresas
Cada vez que un consumidor utiliza una tarjeta para pagar una compra, genera un crédito para el vendedor. Estos créditos se conocen en el sistema financiero como cuentas por cobrarporque pasarán a la cuenta del vendedor en el futuro. Desde 2021, el Banco Central (BC) y el Consejo Monetario Nacional (CMN) han instituido reglas para que este mercado sea más fiable y competitivo. Hoy, según cálculos del Banco Central, el mercado de cuentas por cobrar en Brasil tiene un volumen de negocios potencial de R$ 1,8 billones al año.
El vendedor puede negociar la anticipación de los créditos, tanto los ya registrados en las máquinas como los que se constituyan, estimados en función del historial de ingresos de la empresa. Se trata de una forma de crédito cada vez más popular, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas, debido a su agilidad y menor burocracia en comparación con el crédito bancario tradicional, afirman los agentes del mercado financiero.
"Los derechos de cobro pueden utilizarse como fuente de financiación y permiten ofrecer crédito a un menor coste, una ventaja importante a tener en cuenta, especialmente para las pequeñas y medianas empresas", afirma Diego Camacho, director general de WMoney, la plataforma de préstamos directos (P2P) entre inversores y prestatarios del Grupo Entre. "Es una de las formas más eficaces de democratizar el acceso al crédito", afirma Antonio Carlos Freixo Junior, Mineiro, consejero delegado del Grupo Entre.
Según B3, cada transacción con tarjeta, ya sea de débito o de crédito, genera una obligación de pago del acreditador/subacreditador (la empresa de máquinas) al comerciante: los activos exigibles de la tarjeta. Estos activos deben registrarse en instituciones de registro como B3. A partir de ahí, se pueden negociar, ya sea por adelantado o como garantía a la hora de pedir créditos a bancos y empresas no financieras.
Para ello, el establecimiento comercial puede permitir que sólo los prestamistas que le interesen vean su diario de créditos. Tras la negociación, el prestamista registra la operación para que sea visible para todo el mercado. De esta forma, el importe comprometido en la operación es sólo el que figura en el contrato, y no toda la agenda, como ocurría antes de las nuevas normas BC y CMN. Esto da seguridad a los prestamistas a la hora de conceder créditos y da más libertad a los establecimientos comerciales para gestionar su tesorería.
Según la RTM (una empresa de infraestructuras tecnológicas), el registrador funciona como una especie de notaría en la que todas estas agendas, así como cualquier cambio, se registran de forma única. Además de B3, Núclea, a TAG y Cerc son también algunos de los registradores autorizados por el Banco Central.
Foto de Towfiqu barbhuiya
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